martes, 9 de agosto de 2016

La leyanda de el Mikilo



Deidad diaguita, leyenda conocida en las provincias de La Rioja, Tucumán, Santiago del Estero y Salta. Según se cuenta, es esquivo y poco sociable; se lo reconoce por su grito ululante, casi como un lamento en la noche. Deja una pisada desconocida, que se parece a la de un gallo; algunos lugareños lo describen como un animal demoníaco, que tiene la mitad del cuerpo de humano, y la otra mitad de perro, patas de gallo, manos enormes y una larga cola emplumada. No siempre ataca a los hombres, comúnmente los espía.

Su pagana, naturista y pintoresca imagen, refugiada en los bosques y montañas, en cuya penumbra vive, lo ha librado del exorcismo de la colonia y de la profanación de la cultura europea.

Pertenece a la familia de los dioses salvajes y demóticos sin templo ni ofrendas de oro que despertaran la codicia y el fanatismo de la Conquista...Y tal vez es esa la razón de su supervivencia en la memoria y en el culto de la gente...Es un dios de múltiples formas variantes con la inconstancia de los juegos de luz en las arboledas y en la peñas, por lo que resulta difícil reconocerlo.

En algunas partes de La Rioja, Mikilo es el Duende: hombrecillo de poncho y sombrero negro llevar, este pequeño ser fue denunciado a la policía riojana por los habitantes de la apacible Chilecito por andar posándose en las entradas de las casas de los lugareños y asustar a los paseantes.
 
Fuente: Portal de Salta

 

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